
Los problemas del equipo italiano se agudizan con los años y cada vez se le hace más difícil obtener logros en la Fórmula 1. Ferrari debe buscar un líder que haga una profunda reestructuración en la Gestione Sportiva pero que no sea gatopardismo.
No hay ningún tipo de dudas sobre las pasiones que despierta Ferrari alrededor del mundo. A favor o en contra. La casa de Maranello tiene hinchada propia como ningún equipo de automovilismo deportivo y es uno de los máximos exponentes de la italianidad, decir Ferrari es decir Italia. Por ello es tan importante la imagen que da el equipo de Fórmula 1. A veces sólo con competir no alcanza…
Luego de haber peleado con Red Bull durante la primera parte del año el caos, el desorden y la desorganización afloraron con todo en Maranello. Y eso es una mala señal mirando hacia el futuro próximo, la temporada 2023.
Con los títulos del 2022 prácticamente decididos ya que Max y Red Bull tienen el campeonato en el bolsillo llegó el momento de buscar respuestas para tratar de entender lo que está sucediendo dentro de la Scuderia.
Ferrari tuvo todo al alcance de la mano para ganar el campeonato 2022 pero la reacción de Red Bull y la pésima administración de los recursos existentes por parte del equipo italiano lo terminaron condenando.
Todo comenzó luego de la fantástica victoria de Charles Leclerc en Australia. En ese momento sobraban las sonrisas y la confianza pero los líderes del equipo se distrajeron mirando los movimientos de Red Bull y a partir de allí todo fue una pesadilla.
El trabajo que resta es arduo pero la sensación que flota en el aire es que en Maranello falta un líder y un plan claro de cara al futuro. Mattia Binotto es un buen administrador pero le falta algo más para ser un auténtico Team Principal. Carisma y poder de convencimiento como para comenzar a hablar.
Las principales áreas que necesitan una reestructuración son la Dirección de Carrera a cargo de Laurent Mekies y el departamento de Estrategias con Iñaki Rueda a la cabeza. Los errores son demasiados groseros como para pasarlos por alto…

Analizamos el triunfo de Max
Mejorar de manera urgente
Ferrari no puede vivir de reestructuraciones totalmente gatopardistas (cambiar todo para que nada cambie) sino que debe idearse un plan de trabajo serio y cumplirlo hasta alcanzar los objetos deseados.
A principios de año se entendieron algunas actitudes que tuvo Ferrari durante las temporadas 2020 y 2021 pero desde el momento en que se preocuparon más por lo que podía hacer Red Bull que por sus virtudes cayeron en un precipicio.
Un equipo que pretende ser campeón no puede permitirse fallas tan burdas en las estrategias con Charles Leclerc tal como sucedió en Mónaco, Gran Bretaña o Hungría o la última en Spa-Francorchamps cuando se equivocaron el día sábado y el domingo con el monegasco.
Ni hablar de las errores en boxes (¿No hacen entrenar a los mecánicos?) que tienen de manera recurrente. ¿Cómo hace un piloto para pelear un campeonato con un equipo que no lo apoya de manera concreta con sus acciones? Yo no tengo la respuesta…
Mattia Binotto debe tomar una decisión de manera muy rápida y John Elkann debe apoyarlo. Los errores de Iñaki Rueda y Laurent Mekies equivalen a que a cualquier persona la despidan de un trabajo normal. El tiempo apremia porque la temporada 2023 está a la vuelta de la esquina.

Que no gane el gatopardismo nuevamente
Ferrari es un equipo lleno de recovecos en sus entrañas y por ello es que los cambios son muy difíciles de implementar. Para muestra basta un botón: en 1991 la hoguera de las vanidades se llevó puesto a Alain Prost y en esos meses sucedió un hecho un tanto desconocido.
El Profesor recibió el aviso por parte de una de las facciones dentro del equipo que los directivos de Ferrari estaban charlando con Ayrton Senna para sustituir al francés. A partir de allí la guerra civil fue caótica en Maranello.
Lo dijo Jean Todt hasta el hartazgo: “Para ganar Ferrari debe pensar como un equipo inglés y no como uno italiano.” En este momento la casa de Maranello está empecinada en ganar de una manera que no se consigue desde 1979 cuando Enzo Ferrari estaba vivo.
La tarea es ardua para corregir los errores que le costaron la temporada 2022 a los italianos y para que en el 2023 ello no vuelva a ocurrir. Ferrari necesita un líder. ¿Lo entenderán Mattia Binotto y John Elkann?

Fotos: gentileza Scuderia Ferrari.