
La Ferrari 312 T3 de 1978 fue un buen auto que no pudo ganarle al auto más revolucionario de la historia de la Fórmula 1, el Lotus 79. Tuvo la difícil misión de reemplazar a sus exitosas hermanas mayores, las 312 T, T2 y T2B. Es el auto preferido de este blogcito.
Definitivamente 1978 fue un año inolvidable para el deporte argentino. Guillermo Vilas daba cátedra en el circuito ATP, el boxeo sumaba campeones como Miguel Ángel Corro o Víctor Galíndez pero el summum fue la obtención del mundial de fútbol disputado en nuestro país.
A la par de todos ellos estaba Carlos Alberto Reutemann que había sido confirmado como piloto número 1 de la Scuderia tras la abrupta pero previsible partida de Niki Lauda a fines de 1977 con su segundo título sobre el brazo. Lo hizo a bordo de la maravillosa Ferrari 312 T3.
La misión del Lole no era nada fácil ya que debía reemplazar a un piloto bicampeón del mundo que se marchó de Maranello por sus desavenencias con Il Commendatore debido a su abandono deliberado en Japón 76 bajo una torrencial tormenta cuando le dejó servido en bandeja el título a James Hunt.

Una misión difícil
Para la T3 tampoco era fácil la empresa ya que debía sustituir a sus exitosas hermanas mayores, las 312 T, T2 y T2B, las cuales habían ganado la Copa de Constructores en 1975, 1976 y 1977 y los campeonatos de pilotos de 1975 y 1977 de la mano de Niki Lauda.
La única razón por la cual el austríaco no se coronó en 1976 fue por su terrible accidente en Nürburgring que lo dejó al borde de la muerte. Todas ellas estaban impulsadas por el maravilloso V12 de tres litros con cilindros opuestos horizontalmente a 180 grados.
Tuvo poca confiabilidad a diferencia de sus antecesoras. Gilles abandonó cinco veces mientras que el Lole lo hizo en tres oportunidades. La apuesta en Maranello era por un piloto de experiencia como Carlos para guiar a un joven Gilles que recién hacía sus primeras armas en la categoría.
Un durísimo competidor
El santafecino ganó en Brasil (en el circuito de Jacarepaguá) en la despedida de la gloriosa 312 T2B. Ferrari había dejado de usar las cubiertas Goodyear porque la empresa americana le dio prioridad al equipo de Chapman y estaba adaptando las cubiertas al Lotus 79 con efecto suelo. Por ello no calzaban bien en los autos de Maranello. Con todo este combo armado la T3 debutó en Sudáfrica. Fue en el circuito de Kyalami con un abandono doble por parte de Carlos y Gilles.
La cuestión cambiaría radicalmente en la siguiente carrera, el Gran Premio de la Costa Oeste de Estados Unidos, ya que allí obtendría su primera victoria de la temporada. Luego vendrían las victorias en Brands Hatch primero y en Watkins Glen después de la mano de Carlos y por medio de Gilles en Canadá.
Claro que poco pudieron hacer desde Maranello contra Colin Chapman y el fabuloso y disruptivo Lotus 79 para obtener los campeonatos en juego. Así y todo la Ferrari número 11 del piloto argentino fue la única amenaza concreta durante gran parte de la temporada para vencer a los autos negros con los logos dorados de John Player Special.
La T3 ganó tres carreras con Reutemann y una con Villeneuve. El Lole había vencido en Brasil con la T2B en su despedida. No le alcanzó pero Carlos Reutemann completó su mejor temporada en la categoría pese al tercer puesto en el campeonato. Así pasó el auto preferido de este escriba por efectosuelo.com.ar.

Fotos: gentileza Scuderia Ferrari.