Tres terribles accidentes en apenas un fin de semana cambiaron a la Fórmula 1 para siempre. Estos acontecimientos trágicos se desarrollaron desde el viernes 29 de abril hasta el domingo 1 de mayo de 1994 en Imola. A partir de allí se extremaron las medidas de seguridad.
Fue uno de los peores grandes premios de la historia de la Fórmula 1. Imola 1994 fue trágicamente inolvidable debido a la funesta cadena de sucesos que aconteció en apenas un puñado de días. Sus consecuencias afectaron (y afectan) a La Máxima desde entonces.
Primero casi se mata un jovencísimo Rubens Barrichello el viernes 29 de abril de 1994, al otro día Roland Ratzenberger se estrelló contra un muro en la curva Villeneuve falleciendo en el acto y el domingo Ayrton Senna Da Silva pasó a la inmortalidad en Tamburello.
Habría que remontarse a la Fórmula 1 de los años 50/60 para encontrar hechos similares. A partir de allí nada fue lo mismo ya que ese fin de semana murió la Fórmula 1 romántica.
Lo que siguió es una obsesión nunca vista por la seguridad de los pilotos (recordá Bélgica 2021) que derivó en muchísimas situaciones en las cuales estos pudieron salvar sus vidas tras sufrir graves accidentes.
Solamente escapa a esta lógica el infortunado Jules Bianchi pero allí la responsabilidad fue de Charlie Whiting sobre lo sucedido con la grúa con la cual impactó el joven francés en Japón 2014 que le provocaron la muerte unos meses más tarde.
Robert Kubica en Canadá 2007, Ralf Schumacher en la largada en Australia 2002, Romain Grosjain en Baréin 2020, Fernando Alonso en Brasil 2003 y Australia 2016, Charles Leclerc en Bélgica 2018 y Lewis Hamilton en Italia 2021 son algunos de los ejemplos de ello.

Los antecedentes
Hasta ese momento la Fórmula 1 era una categoría donde estaba permitida la innovación constante con un reglamento técnico muy poco restrictivo. A modo de ejemplo en 1990 dichas regulaciones técnicas tenían un vocabulario de unas seiscientas palabras en el apartado aerodinámico mientras que la legislación actual consta de más de mil ochocientos vocablos solamente. Adiós a dejar volar la imaginación como en los 70 y 80…
Las últimas muertes en El Gran Circo habían ocurrido en 1982 con Gilles Villeneuve en Zolder y Riccardo Paletti en Canadá. El efecto suelo fue prohibido a fines de ese año debido a lo peligroso que se habían tornado los monoplazas. La FISA presidida por Jean-Marie Balestre estaba confundida y sin saber muy bien que hacer.
Allí se comenzó a trabajar más en la seguridad de los autos. El chasis de aluminio fue reemplazado por la fibra de carbono por una cuestión de peso y adicionalmente mejoró la seguridad un poco más. La muerte de Elio de Angelis en 1986 en Paul Ricard durante unas pruebas cambió algunos protocolos de la categoría para mejorar un poco más la seguridad.
Todo en aquellos años se hacía sin tener en cuenta la seguridad de los pilotos. Siempre se corría detrás de los hechos para evitarlos en el futuro. Hasta que luego de la seguidilla de accidentes en Imola 94 la FIA (La FISA había sido absorbida por la Federación Internacional del Automóvil en 1993) decidió tomar el toro por las astas. Tal vez un poco tarde pero la repercusión mediática de la muerte de Ayrton Senna hizo estallar todo en mil pedazos.

El fin de la Fórmula 1 romántica
Como primera medida se reformularon los habitáculos para proteger más a los pilotos. Y a partir de allí El Gran Circo entró en una era de hiper profesionalismo en todos los órdenes que hasta ese momento no existía. La Fórmula 1 romántica había muerto.
Esa F1 que permitía al público pasear por boxes con los mecánicos trabajando a su alrededor, que dejaba entrar a competir a equipos formados por gente entusiasta cuyos pilotos giraban horas y horas probando todo tipo de mejoras y que mostraban a los pilotos cerca de la gente no existía más.
La Máxima se había roto en mil pedazos como si fuese una copa de champagne arrojada contra el piso. Sobre los restos de esa Fórmula 1 debía nacer otra categoría en la cual los pilotos tuvieran la menor cantidad de riesgos posibles en una pista. ¿Fue mejor? ¿Fue peor?
Deportivamente podemos discutirlo siempre pero el hecho que desde 1994 hasta la fecha solamente haya fallecido Jules Bianchi dice que las medidas en materia de seguridad fueron las correctas. Como consuelo nos queda que la muerte de dos personas sirvieron para cambiar algo.
Fotos: Prensa Fórmula 1 y Williams Racing.