Lewis Hamilton mostró su enojo al salir de boxes mediante un team radio dirigido al equipo. ¿Estuvo mal lo que hizo? ¿Los reproches debieron hacerse en privado?
Ser deportista profesional de élite no es fácil en ninguna disciplina. Y menos aún si el sujeto de marras es un genio. ¿Vos creés que Lionel Messi no se insulta con sus compañeros para marcar algún movimiento o pedir más compromiso? ¿Y Los Pumas cuando las cosas no les salen?
Mucha gente descubrió en Argentina, gracias a la pandemia que vació los estadios, las barbaridades que se dicen entre compañeros y a los rivales dentro de una cancha. Claro que haber cubierto partidos de fútbol, rugby y finales del Campeonato Tucumano de básquet para la radio me dan otra perspectivas de los hechos…
Cualquier persona que haya hecho deportes en forma federada quiere ganar. Obedeciendo las reglas en casi todos los casos pero siempre se busca y se anhela la victoria. En el deporte rentado este rasgo se vuelve más marcado. Ganar lo es todo. Quien no lo entienda de ese modo jamás podrá dedicarse al deporte como medio de vida.
Los hechos en la pista
Lewis salió de boxes furioso porque el equipo lo hizo parar a cambiar las cubiertas luego de observar como el rendimiento de los neumáticos de Charles Leclerc se iba a pique rápidamente. El inesperado suelo abrasivo (¿Otra vez no se hablaron la gente de Pirelli y de la organización del GP?) contribuyó a esto.
Resultó alarmante para Mercedes ver como la Ferrari número 16 perdía las posibilidades de victoria en apenas unas cuantas vueltas. Y decidieron no correr más riesgos innecesarios. Max no podía escaparse en la punta del campeonato.
Peter Bono Bonnington se dejó llevar por el miedo (más que justificado por cierto) y pensó en rescatar algunos puntos seguros antes que perder todo por un tercer puesto casi irreal ya que el desgaste de las gomas intermedias era muy marcado. El instinto de conservación ante todo…
¿Estuvo mal el reclamo?
El reclamo de Lewis al salir de boxes con los neumáticos intermedios nuevos no estuvo dirigido a nadie en particular y sí al equipo en general. Una queja o un insulto al aire en un deportista (de élite o no, lo mismo da en este caso) también es una forma de sacarse presión de encima, una válvula de escape. Lo que se puede discutir es el sentido de la oportunidad. Esto se pudo arreglar ni bien Lewis se bajó del auto sin nadie que escuche. Con encerrarse en una pequeña oficina con Toto Wolff y con Bono se solucionaba enseguida. Hamilton decidió ir a ver el estado de las cubiertas que le habían cambiado para cerciorarse que las mismas no llegaban al final.
Hay que tener en cuenta que la lucha por el campeonato 2021 es muy pareja y cerrada sin un ganador claro hasta el momento. Y toda esa presión debe descargarse de algún modo. A la temporada le quedan aún seis carreras de alto voltaje por todo lo que se juegan Lewis y Max. Seguramente veremos más exabruptos de esta índole. Sólo hay que esperar que no sea dirigido a nadie en particular para que no se resquebraje el equipo. Se felicita en público y se corrige en privado. Porque Lewis necesita más que nunca del equipo para ser campeón…

Fotos: gentileza Mercedes AMG F1.