Sergio Pérez ya fue confirmado como piloto de Red Bull para la temporada 2022 y ahora debe concentrarse en mejorar su déficit en clasificación para poder largar más adelante y ayudar a Max en su lucha por el título.
No es un año fácil para el piloto de Guadalajara. Para nada. La adaptación a Red Bull le está llevando más tiempo del esperado y esta circunstancia puso en duda en algún momento su continuidad para el 2022 en el equipo de la bebida energizante. Claro que hay atenuantes para un rendimiento de esta índole pero hay que dejar en claro que Checo no está tan lejos de lo que Red Bull le pide que haga.
Y esa misión es muy parecida a la que tiene su archirrival Valtteri Bottas: aportar los puntos necesarios para que su equipo gane la Copa de Constructores ya que el Campeonato de Pilotos no se definirá con una ventaja holgada ni de Max ni de Lewis.
Por ello es que allí cobra vital importancia lo que puedan hacer (y entorpecer lícitamente a sus rivales) tanto el piloto finlandés de Mercedes como Sergio. Y el mexicano parece estar subido a una montaña rusa debido a que el auto que está manejando es muy diferente al que pilotaba la temporada anterior.

Dos autos muy distintos entre sí
Checo corrió para Racing Point durante varias temporadas, desde el 2014 hasta el 2020 para ser más exactos. Claro que el equipo se llamó Force India hasta fin de la temporada 2017 y luego pasó a llamarse Racing Point. Los últimos autos de esta escudería eran casi una copia descarada de los Mercedes del año anterior. Y aquí viene una primera explicación sobre el rendimiento con altibajos que está teniendo Sergio.
El concepto de rake es bastante diferente entre Mercedes (o Force India/Racing Point/Aston Martin) y Red Bull. Porque los chicos de Brackley utilizan un rake más bajo lo cual hace que el auto sea un poco más largo mientras que Red Bull utiliza un rake más alto que deriva en un auto más corto de longitud. Y ambos son distintos de manejar.

Problemas en la qualy…
Y Checo está en esa adaptación de manejo. Le pasó lo mismo a Daniel Ricciardo en McLaren y el australiano en las últimas repuntó bastante siendo ganador del Gran Premio de Italia. Claro que Pérez había ganado en el mes de junio en Azerbaiyán…
Las inconsistencias del piloto mexicano no son en las carreras propiamente dichas sino que sus dramas comienzan en la clasificación. Allí le cuesta horrores pasar de Q1 a Q2 y a Q3. En varias oportunidades fue por error de apreciación de los estrategas de Red Bull pero en otras lisa y llanamente porque su rendimiento decae en la qualy. Claro que su ritmo en carrera es otra cosa…

… que debe mejorar enseguida
Primero que nada una aclaración. Checo sacó más puntos con la misma cantidad de grandes premios disputados que Pierre Gasly y Alex Albon. Sus objetivos son el auto del 2022 (¿Se achicará la brecha? Lo dudo…), mejorar en clasificación para ayudar a Max en carrera en su pelea por el titulo frente a Lewis Hamilton y poder desnivelar a su favor su lucha con Valtteri Bottas para sumar los puntos necesarios para que su escudería obtenga el Campeonato de Constructores.
Para ello debe mejorar en forma urgente su ritmo de clasificación. No es un asunto fácil lograrlo y tal vez hasta tenga que ver que Checo aún no se sienta del todo cómodo a bordo de su monoplaza. Ahí entra a tallar nuevamente el concepto de rake y el acostumbramiento a un auto distinto pero el mexicano es un piloto muy capaz que tiene un ojo clínico para poner a punto su auto más allá que el RB16B haya sido diseñado teniendo en cuenta los gustos de Max Verstappen. El piloto holandés y Red Bull lo necesitan y Checo lo sabe.

Fotos: gentileza Aston Martin F1 Team y Red Bull Racing Honda.