Las cosas no le están saliendo nada bien al heptacampeón. El espantoso rendimiento del W13 es el gran culpable de esta situación. Es difícil aceptar esta situación para un piloto que está acostumbrado a ganar todo.
Se veía venir. El W13 es un auto que será muy difícil de mejorar y por esa razón están nerviosos en Brackley. El complicado momento que vive Lewis Hamilton tiene sus raíces en dos hechos: por un lado tiene un auto espantoso al cual no se pudo adaptar. Este monoplaza será muy dificultoso de mejorar para que el oriundo de Stevenage pueda acercarse a los líderes. Y por otra parte apareció George Russell que lo viene superando en rendimiento carrera tras carrera.
El trabajo dentro del equipo alemán para mejorar al W13 es muy arduo y no saben si tendrá los resultados esperados. Para un piloto acostumbrado a ganar como Lewis es una situación límite. El altercado con Toto Wolff mostró como ambos perdieron los estribos y mantuvieron una tensa discusión apenas Hamilton se bajó del auto luego de quedar eliminado en la Q2 de Imola.
Mercedes es una escudería que está acostumbrada a ganar y por ello todos sus integrantes se sienten extraños en este momento. No es fácil buscar soluciones cuando las cosas que se intentan no salen. En estos casos la calma y la prudencia son aliadas primordiales. Lewis Hamilton es un animal competitivo que siempre quiere ganar. Y en este momento no puede hacerlo.

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Una situación humillante
Ya hemos hablado largo y tendido sobre el espantoso diseño del W13. Y no es que los ingenieros de Mercedes se olvidaron de diseñar autos. Este coche es la consecuencia de haber peleado el título del 2021 hasta el final y por lo tanto tuvo menos desarrollo. El hecho de llevar un monoplaza con pontones a Barcelona y luego utilizar otro con los sidepots reducidos a la mínimo expresión muestra la confusión existente en Brackley. Y Hamilton terminó afectado por ello.
Lewis estaba desencajado el viernes tras su espantosa clasificación donde fue eliminado en la Q2. Un rato antes había pasado a esa instancia en el decimoquinto lugar por sólo cuatro milésimas de diferencia con Yuki Tsunoda. Demasiado poco para un heptacampeón…
Cuando un piloto y un equipo se acostumbran a ganar se les hace cuesta arriba en el momento que les toca arrancar de atrás. Y esto es aplicable a todos los deportes. El complicado momento de Lewis Hamilton llevó a que esa discusión que tuvieron Lewis y Toto en el box sea vista por millones de personas alrededor del globo. Liberty Media y Netflix están encantados con todo este show…
Esta discusión debió haber sido en privado y no con cámaras de por medio ya que el ámbito más propicio para hacerlo era fuera de la vista de todo el mundo. El pedido de disculpas por parte de Toto Wolff luego de concluido el gran premio habla a las claras que todos están incómodos y desilusionados en el equipo alemán.
La maniobra en la cual Max Verstappen le quita una vuelta en Imola es humillante para un campeón del mundo. Y fue la frutilla del postre para un fin de semana totalmente olvidable para ese extraordinario campeón que es Lewis Hamilton. Hay que reconocerle a Lewis que pelea como un león con un auto que le cayó espantosamente mal.
Lewis tampoco pudo hacer nada para superar a Pierre Gasly cuando finalmente se habilitó el DRS en la vuelta 35. El británico no pudo superar en ningún momento al piloto de Alpha Tauri. Lo peor es que a Mercedes se le puede complicar permanecer en esa especie de limbo ante la notoria mejoría por parte de McLaren. Y Hamilton no puede ayudar en nada por ahora…

Ese futuro tan temido
Las amargas palabras por parte de Hamilton luego de la carrera suenan como un gran baño de realidad. Admitir que no podrá luchar por el título con apenas cuatro grandes premios corridos es frustrante. Lewis sabe que su hora pasó pese a ansiar ese octavo título que lo pondría a liderar las estadísticas de la Fórmula 1 por delante de Michael Schumacher.
Por ello es que se sacrificó por el equipo que le dio tanto y aceptó desarrollar el auto él mismo a diferencia de años anteriores cuando esa tarea recaía sobre Valtteri Bottas. Se sabe que ese tipo de trabajo no le agrada ya que es un velocista más que un piloto frío y cerebral. Lewis Hamilton sabe que George Russell es el futuro de Mercedes y no él.
Lewis es un gran campeón que está atravesando el ocaso de su extraordinaria carrera pero, como aquellas estrellas que están en el firmamento a punto de desaparecer, puede brillar una vez más de manera intensa. Se lo merece él, se lo merecen los aficionados y se lo merece la Fórmula 1. Que así sea.

Fotos: gentileza Mercedes AMG F1 y Prensa Fórmula 1.