
El equipo italiano tuvo un fin de semana para el olvido en su casa. Tuvo que lidiar con imponderables y con algunos problemas mecánicos. Los fantasmas del pasado sobrevuelan sobre la mente de los tifosi.
La Scuderia armó la fiesta en su casa pero se olvidó de controlar a los invitados porque un par de colados le arruinaron la celebración de Ferrari en Imola. Todo fue una conjunción de errores propios, mala suerte y aciertos de Red Bull. Menuda pregunta tienen los tifosi en su cabeza ya que se preguntan cual es el verdadero nivel del equipo.
¿El que arrasó con suficiencia durante los primeros tres grandes premios o esta escudería que dejó una imagen un tanto desteñida en Imola? Otro fin de semana de ensueño para Il Cavallino Rampante significaba sacar una diferencia en el campeonato muy difícil de igualar para sus rivales en el futuro. Claro que eso les importa poco a sus seguidores alrededor del mundo.
Los hechos que le sucedieron a Ferrari en Imola es mejor que se hayan presentado al inicio de la temporada cuando el equipo está haciendo los ajustes necesarios para el resto del año y no en el momento de definición del campeonato. Tiene gusto a poco pero es mucho mejor equivocarse al comienzo que al final del año.

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Un fin de semana de locos
Si uno compara ambas largadas de Charles Leclerc en la carrera sprint del sábado y la competencia del domingo notará que algo no fue bien en el segundo inicio. Charles traccionó muy bien en la sprint race y quedó como cómodo puntero en la primera curva hasta que sus cubiertas dijeron basta.
El domingo la cuestión cambió completamente. El monegasco largó exactamente desde el mismo lugar que el sábado y su largada fue espantosa. Con el correr de las horas se supo que reasfaltaron la zona del cajón de largada y que este pavimento es muy resbaladizo. Charles traccionó en el mismo lugar mientras veía como sus rivales lo superaban.
Su motor también estaba estaba herido y por ello optaron por hacerlo correr en un modo conservador. Eso supuso que Charles sea una décima por vuelta más lento que los RB18. Ferrari no quiere gastarse tan rápidamente los tres motores permitidos para toda la temporada. En Miami ambas F1-75 montarán la segunda UP permitida por el reglamento junto a un nuevo alerón trasero mientras buscan la manera de mitigar el porpoising.
Para rematarla el monegasco salió a darle caza a un piloto durísimo de superar como Checo Pérez y terminó cometiendo un error en la Variante Alta sin ningún tipo de necesidad. Ese trompo y la manera apresurada en que Ferrari lo llamó a boxes para cambiar el alerón delantero lo condenaron a un oscuro sexto puesto.
Carlos Sainz cumplió una gran tarea el día sábado en la carrera sprint y escaló hasta el cuarto lugar de la parrilla de salida. El viernes golpeó su F1-75 en Rivazza durante la Q2 y por ello debió largar la carrera sprint en el décimo lugar. Y el domingo su carrera, al igual que en Australia, le duró apenas unos metros. El español montaba la nueva UP que le iba permitir a Ferrari en Imola tener datos de telemetría certeros. Ahora irán a Miami sin esos datos.

La lucha es carrera a carrera
La Scuderia quiere ganar desesperadamente el título. Y tienen un plan para ello. Por eso llevarán algunas mejoras a Estados Unidos. Primero quieren corregir el porpoising para darle paso a las actualizaciones previstas. Por ello llevarán un nuevo piso a Miami. Si esto funciona recién ahí llegarán las actualizaciones para el resto del auto. El miedo de Mattia Binotto es que si introducen las evoluciones antes de corregir el marsopeo estas empeoren el problema de fondo.
Red Bull dio un paso importante con la reducción de peso del RB18 y sus nuevas suspensiones. La lucha entre Max y Charles no sólo será en pista sino fuera de ella también. El ritmo de actualizaciones está totalmente supeditado al límite presupuestario.
Lo sucedido a Ferrari en Imola debe quedar como una gran lección. Un poco de mala suerte, unos errores perfectamente evitables, el crecimiento de su gran rival y una pizca de falta de confiabilidad armaron un combo casi letal para los italianos. Mattia Binotto y compañía ahora deberán demostrar cual es el verdadero equipo. De ello depende su futuro en el campeonato.

Fotos: gentileza Scuderia Ferrari.