
Los autos azules giraron a otro ritmo en Bélgica respecto a Ferrari y a Mercedes. Nunca un equipo había sacado tanta ventaja de rendimiento en la actual temporada. Max tiene el campeonato en el bolsillo y Checo es el principal candidato al subcampeonato.
Luego del final de la carrera en Spa-Francorchamps la misión era una sola para periodistas, rivales y aficionados: ¿De dónde había sacado esa diferencia de rendimiento el equipo de Milton Keynes? Hubo que escarbar demasiado para averiguar lo sucedido en el bellísimo circuito belga.
Ya sea en las tribunas o en una pantalla de televisión todos habían observado lo mismo: la paliza que les propinó Max Verstappen a sus oponentes partiendo desde la posición 14 de la grilla de salida, siendo la segunda remontada consecutiva de Max luego de lo hecho en Hungría.
Con el correr de las horas aparecieron una cantidad incontables de rumores al respecto: que el nuevo piso del RB18, que Max estrenó un nuevo chasis más liviano y que la potencia que le dio la nueva UP estrenada en el circuito belga fue determinante para quedarse con todo.
Tanto Ferrari como Mercedes veían buenas oportunidades para ganar en el trazado ubicado en Las Ardenas y por ello se sorprendieron cuando vieron los tiempos de Max ya que el piloto neerlandés le sacó 632 milésimas a Carlos Sainz en la qualy con un solo intento de vuelta rápida. En ese momento ambas escuderías tuvieron más que claro que en condiciones normales era imposible quitarle la victoria a Red Bull.

Analizamos el triunfo de Max
La principal razón de esa diferencia
Una explicación lógica lleva a revisar las características del asfalto de Spa-Francorchamps y más específicamente la topografía de Eau Rouge y de Raidillon ya que esa zona está compuesta por un conjunto de tres curvas en bajada y una subida que se toman a gran velocidad. En el pasado no eran demasiados los pilotos que se animaban a pasar a fondo por allí…
Pasar de una bajada a una subida a más de 300 kilómetros por hora sin solución de continuidad con el riesgo de golpear el fondo de los monoplazas y perder el control del mismo no es un buen plan.
Esto hace que los ingenieros de todos los equipos tengan que levantar la altura de los autos en unos seis milímetros como mínimo para evitar que el piso del auto golpeé excesivamente contra el asfalto y que el piloto pierda el control del monoplaza. Esta medida hizo perder carga aerodinámica tanto a Ferrari como a Mercedes pero a Red Bull no lo afectó.
Y allí radicó la primer gran diferencia. El RB18 no sufre ningún contratiempo importante en cuanto al porpoising o el bouncing mientras que el W13 y la F1-75 son muy sensibles a estas oscilaciones. Y un piso levantado en apenas seis milímetros deja al descubierto a cualquier monoplaza. Mercedes soñaba con una victoria en Spa y terminó dándose de narices contra el piso…
El reto para el equipo de Brackley y para la casa de Maranello es descubrir como hace Red Bull para tener un auto levantado con menor carga aerodinámica y aún así puedan usar un alerón trasero más descargado. Ese es el quid de la cuestión.

A seguir trabajando
Mientras Mattia Binotto pide que la FIA revise los números de Red Bull para conocer si se pasaron del tope presupuestario (aquí expliqué que sería un problema) en Mercedes ya no les queda casi nada de dinero para buscar una solución drástica al respecto. En ambas escuderías piensan que también en Zandvoort sufrirán de manera parecida pero que en Monza mejorarán notablemente.
La temporada 2022 entró en su recta final y es muy difícil que se les escapen los títulos tanto a Max como a Red Bull. Y no sorprendería en absoluto que Checo Pérez se quede con el subcampeonato. El equipo de Milton Keynes está teniendo una gran superioridad sobre el resto desde el Gran Premio de Francia para acá.
Y eso que aún no estrenaron el nuevo chasis que promete ser unos seis kilos más liviano que el actual y que tendrá una mejora de unas tres décimas. El objetivo de Mercedes y Ferrari ya es la temporada 2023 porque no pueden permitirse un dominio tan férreo por parte de Red Bull. A eso deben apuntar.

Fotos: gentileza Mercedes AMG F1, Red Bull Racing y Scuderia Ferrari.